El tratamiento de las arrugas de expresión es el tratamiento estético más utilizado a nivel mundial, por sus excelentes resultados y seguridad.
Su indicación principal son las arrugas de expresión (producidas por la mímica facial) localizadas en frente, entrecejo y patas de gallo, tanto en hombres como en mujeres.
Se puede usar para atenuar las arrugas en reposo, ya labradas en la piel, o para prevenir su aparición, con unos resultados excelentes a corto y largo plazo.
El uso del tratamiento de las arrugas de expresión no es exclusivo de la dermatología estética. Se lleva aplicando desde hace años en diferentes disciplinas médicas (trastornos neuromusculares, oftalmológicos,…) en dosis muy superiores a las que se utilizan para tratar las arrugas.
En contra de la creencia popular, el tratamiento de las arrugas de expresión persigue unos resultados muy naturales, enfocados a suavizar la gesticulación normal, reducir la disarmonía entre el estado de ánimo real y la expresión facial (por ejemplo, el ceño fruncido de manera involuntaria da una imagen de enfado irreal). En definitiva, dar a la cara una expresión más agradable, joven y sobre todo, natural.
En ocasiones se tienen objetivo más concreto, como arquear una cejas demasiado planas, esconder las encías en aquellas personas que las enseñan demasiado al reírse, o para la corrección de pequeñas asimetrías faciales, incluida la parálisis facial.
También existen técnicas con el objetivo de obtener un lifting sin cirugía, mediante la infiltración con TB en determinado músculos estratégicos que consiguen aumentar la acción de los músculos elevadores de la cara, recuperando la tensión en dichas estructuras de un modo muy natural.
EL tratamiento es muy rápido, y poco doloroso, que no necesita ni siquiera anestesia tópica. La duración del tratamiento se estima en unos 6 meses, aunque puede reducirse o aumentarse el tiempo de duración, según la fuerza muscular de cada paciente.